10.4.10

Ojos griegos

Puede que la felicidad sea andar perdido por la vida, mirando hacia atrás y casi sin esperar nada y que alguien, tú por ejemplo, con ojos claros y serenos, embebidos de luz y de belleza, --son siglos contemplando el mundo lo que resume tu mirada--, por el puro azar de los azares, alumbres el camino que conduce al horizonte y yo abra los ojos y descubra que lo que creí ser yo no era yo, sino una versión más pobre, que no todo es gris sino que la senda se viste de arcoiris, sólo hay que saber mirar, quitarse la venda que te enturbiaba la visión y dirigir la vista hacia delante, porque es en el porvenir donde habitan nuestros sueños y cuando uno por fin ve, alli van sus pasos, aún teniendo la certeza de que no llegarán, que a medida que nos acercamos ellos se alejan, pero esto es vivir, o naufragar, la manera que he elegido de gastarme lo poco que me quede de existencia, un modo como otro cualquiera de volver al mar del que nacimos.