26.3.10

Primavera

Puede que la felicidad sea escuchar hermosos versos en voces infantiles, dejar que la brisa y las dunas te acaricien el alma lastimada, vivir sin prisas las horas de una noche mientras hablas, recuperar la sensación de las palabras que se agolpan bajo el temblor de una emoción, sentir que la claridad inunda hasta las más tristes sombras y en el desvelo florecido de estrellas, recibir, sin saberlo, la temprana visita de una nueva primavera repleta de esperanzas.