2.12.05

Primeros pasos

Aunque siempre se ha dicho (y hasta ahora yo compartía esa opinión) que la felicidad no existe, tan solo momentos o instantes en los que somos felices, he pensado que la razón de sentirme la mayor parte del tiempo infeliz tal vez se deba a que la felicidad habite en un lugar apartado, lejos de mi vida, en un rincón secreto al que se llega cuando se logra la llave mágica --seguro que una palabra--, que permite traspasar la puerta en el espejo, abrir el paso hasta un jardín oculto y sereno donde hallar esa esquina del mundo que todos buscamos, que me empeño en buscar: la esquina de la felicidad.