11.4.10

Oasis

Acaso la felicidad sea estar contento, tal vez porque alguien te dijo que no estaban en ti las penas y las tristezas que te empeñas en escribir como si ese fueras tú, que bastaba con desvestirse de todos los disfraces y dejar abierta las ventanas para que entre el aire y la luz que como un río arrastra los malos pensamientos. Que aunque el mundo es ancho como un desierto y la soledad es también ancha, existen los oasis, al menos uno, éste al que me invitaste sin saberlo, pero ahora todo tiene el tacto de las nubes y, mi mirada, libre al fin, ve que es verde el mar y verde el horizonte.