16.6.10

Miradas

Acaso la felicidad sea dormir el tiempo necesario y que al despertar se cumplan tus sueños, que el tiempo se detenga y el deseo te levante en volandas, te eleve por el aire como una hoja sin dueño y que la felicidad del vuelo invada tu cuerpo por cada uno de los poros de tu piel, que se refleje en el brillo indeleble de tus ojos porque el mundo será distinto, más parecido a lo soñado, con la rotundidad de una nube de algodón y la ternura que llevarás pintada para siempre, desde entonces, en la mirada.