4.6.10

Cataclismo interior

Puede que la felicidad sea alargar los instantes, aspirar cada minuto como si fuera el más crucial de nuestra vida, como si en el siguiente segundo fuera a producirse un cataclismo que nos dejara indefensos, sin pudores, capaces de decir lo que pensamos pero cuando la emoción es más intensa, nos tranquiliza saber que las aguas vuelven a su cauce, que el reloj marca las horas y no hay huracán ni tormenta a la vista, porque seguirá oculta en nuestro pecho hasta que queramos.