3.5.10

Compañía

Acaso la felicidad sea sentirse ligero, como si flotásemos un palmo sobre el suelo, mantenerse a cierta distancia de los problemas que nos acucian y de la rutina diaria, ser capaces en un instante de volar a ese otro mundo paralelo en el que te sientes más vivo, sentir que alguien o algo más fuerte que tú te transmite su fuerza y aunque venga una tarde solitaria como hoy a acecharte, no te convenza su tristeza, porque ahora no eres tú sólo el que defiende tu jardín secreto, sino que te acompañan las risas, los poemas, las palabras de otros seres a los que te unen los hilos de la primavera, porque el universo entero se puso de tu parte.