3.5.10

Ágora

Puede que la felicidad sea ese espacio mágico donde no tenemos que arrepentirnos de nada por no haberlo hecho o dicho, ese espacio de libertad donde podemos expresar nuestra verdad y desvelarnos porque estamos seguros de que nadie nos hará daño y donde aunque uno se equivocase, se le perdonaría, porque tenemos derecho a equivocarnos. Ese espacio donde no existe el dolor de elegir, porque cualquier sendero que tomemos no nos cierra el resto de los caminos, sino que multiplica al infinito el goce futuro de todo lo que queda por explorar, pues como aprendí de una sibila griega, ese espacio es circular, su centro es equidistante de cualquier lugar donde nos encontremos y todos los caminos conducen a su plaza, donde simplemente conversar es ya una actividad placentera.