21.4.10

Telepatía

Acaso la felicidad sea no necesitar casi las palabras, hablar con los silencios o simplemente mirándose a los ojos, descansar en la certeza de que da igual si han pasado siglos o sólo un mes de conocernos porque lo más hermoso está en lo que aún no hemos vivido y que no hay que volver la vista atrás si no es estrictamente necesario, que las emociones y las cosas importantes que nos hicieron sentirlas quedaron grabadas, de algún modo, en nuestra sangre y van con nosotros, son en realidad las que nos empujan hacia el horizonte: cielo y mar a un mismo tiempo, azul turquesa que nos eleva por el aire en busca del porvenir, de lo que traerán los días venideros, tan llenos de luz y de misterio. Y gracias a ti he aprendido esto tan sencillo, a mirar hacia adelante, y al igual que tú me adivinas a diario, puede que alguna vez yo camine a tu lado, paralelo tu paso con mi paso, y sepa el rumbo sin que medien palabras, porque ese día, te habré leído, quizás, el pensamiento.