14.4.10

Mundos paralelos

Acaso la felicidad sea pasar la tarde en esta calma, con el pensamiento en lo que escribo, soñando historias, persiguiendo entre los libros los juegos del azar y sus correspondencias o intentando atrapar una palabra para un nuevo poema, y que todo vaya teselando el espacio de mi jardín, construyendo un mosaico donde quede mi vida, mi autobiografía, al menos los trozos que puedan y merezcan contarse. Un mundo paralelo, íntimo y secreto, tan lejos de lo real y cotidiano como las estrellas distantes, pero para mí al menos, --y puede que para los que alguna vez entraron en él--, tan cierto y tangible como si estuviesen acariciando con sus manos un bajorrelieve antiguo donde se contase la vida de alguien que alguna vez existió (y conocieron) y notasen el frío de la piedra, su densidad de objeto incontestable pero al tiempo el rastro fugaz de un pálpito de vida, esa que pretendo sobreviva un poco a mi memoria.