15.5.10

Latidos

Puede que la felicidad sea vivir intensamente el instante, sin hacer planes ni proponerse metas, sólo rendido a la evidencia del segundo en que el corazón se acelera y late con más fuerza, que el color acude a tus mejillas y una risa cómplice abraza las distancias, momentos en que comprendo que el resto de las horas y los días no son sino el compás de espera hasta el siguiente y fugaz instante de luz, la mágica conjunción de los planetas donde la sangre navega de nuevo en mis arterias.